★ Pelillos a la mar




Tiene once años aún juega con las polly pocket y es un coco en matemáticas, aunque le cuesta bastante estar callada y eso le rebaja bastante las notas.
Ese Lunes amaneció como cualquier otro día. Me levanté, me duché con mi jabón de te, y fui a despertarla para ir al cole.
Como cada día, esperé los diez minutos de rigor para arrancarla de la cama:
“Uf que sueeeño”, “que yaaaa voooy”, “cinco minutos maaaas mamaaa”.. y toda esa retahíla hasta que consigo que  se ponga en pie y no se caiga redonda de nuevo.
Luego fuí a la cocina y preparé el desayuno mientras se vestía, (medio)hacía su cama y se aseaba en el baño.

Como cada mañana a las 8.15h estábamos en la puerta, yo, con las llaves en la mano, y ella arrastrando la cartera y con los ojos medio cerrados, esperando a bajar la escalera agarrada a la baranda por si a caso.

Y al girarme la ví.. 30 grados a la sombra.. y con chandal de invierno!

-      Irene! ..Pero donde vas así?!

Me mira, se mira, me vuelve a mirar.. y pone esa cara de aburrimiento( es-que-no-te-en-te-ras-de-na-da-ma-má) que últimamente tiene tan ensayada.

-      Jo!  mamaaa.. que hoy tengo deporte

A veces pienso que lo hace aposta ( lo de sacarme de mis casillas)

-      Ya lo se, pero no con ese chándal.. haz el favor de cambiarte y te pones el pantalón corto.

-      Pero es que..

-      Ni peros ni peras.. ya  estás tardando..!

2 minutos y aparece de nuevo.

Menos mal.. aún llegamos a tiempo, solo tengo que acelerar un poquito y en diez minutos está
en la puerta del cole ..
.

-      Irene y esos calcetines?

Se mira los pies, me mira a mi, se mira los pies, me vuelve a mirar.. y se encoge de hombros..

-      Irene que hoy te la cargas! Quieres hacer el favor de ponerte unos calcetines cortos?.. pareces un jugador de Hockey!


Y entonces se echa a llorar.. pero no de esa manera tontita que utiliza cuando quiere un helado o que le deje cinco minutos más de tele, llora con un desconsuelo que me enciende todas las alarmas y dejo caer el bolso, las llaves, el bocata y me agacho, y la abrazo y le doy besos, y le pregunto asustada..

-      Irene que pasa? Irene cariño, que tienes?!

Y ella que hipa, y le salen mocos por la nariz que le tapan las palabras, y no puede decir nada y me mira con ojos de ranita infeliz..

Y yo aún me asusto más y le limpio la cara de mocos, y le coloco el pelo sudado , para verle los ojos, para saber que pasa,

y entonces lo suelta..

-      ES QUE TENGO PEEELOSSS MAMAAA!!

Pelos??

Conmoción… mi cabeza se dispara en un milisegundo .. pelos?, pues claro que tiene pelo no te fastidia, no querrá ser calva..

La miro sin entender y ella capta mi incomprensión, veo su mirada dolida,  de incredulidad.. pero no lo pillo.

-      En las piernas mamaa! Y se ríen!.. Parezco un Gorila!!

“No cariño.. un osito – pienso- como en el chiste”

.. inmediatamente y en una fracción de segundo, mi cerebro me llama al orden y recalifica toda la información coherentemente en busca de una salida.

Pelos+Piernas+Colegio+Reir = Horror!

La abrazo fuerte-fuerte.

-      Sshhhhh.. shhhhh.. Irene pero si eso es…- ( que iba a decir?.. “una tontería”?.. no.noo rebobinaaa, atrás, atrás) - ..si eso tiene remedio cariño, no tienes que ( preocuparte?.. no, no rápido .. busca otra palabra..) esperar para arreglarlo.

Se separa de mi y me mira, con los ojos muy abiertos

-      Me tengo que “despelar”?

Me muerdo un  labio , solo falta que ahora se me escape la risa…

-      Depilar garbancito.. y no, no tienes que depilarte, aun no hace falta.. pero los podemos pintar para que no se vean..


Sonrisa inmensa de oreja a oreja.

-      De verdad?.. y no se verán?

-      Ahaaá..

-      Me lo prometes

-       Palabrita

-      Y puedes hacerlo ahora?

-      Me temo que tendrás que esperar a la tarde, ahora llegamos tarde.

Decepción… miedo?

-      Puedo dejarme los calcetines?

Alivio!!

-      Claro, como voy a dejar que mi jugadora de hockey favorita llegue con calcetines cortos?

A la hora de comer, me acerqué a una farmacia a comprar decolorante, y esa tarde una niña de once años un poquito lanudita, se convirtió de nuevo en una niña de once años feliz y normalita.

Durante los días siguientes guardamos nuestro secreto y todo volvió por fin a la normalidad acostumbrada.


-      Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..
Dios que susto!!
El grito provenía del baño. Salí corriendo temiéndome lo peor
-      Quee-que pasa?
Levantó el brazo y me miró con el ceño fruncido
-      Aquí debajo también hay pelos!


-     DIOS BEN-DI-TO!!!!!





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